Introducción

La importancia de la protección de la cabeza radica en que en esta parte del cuerpo humano se alberga el órgano más complejo y esencial, que es el cerebro, que dirige todas las funciones corporales, cognitivas y emocionales. Por ello, cualquier daño en dicho órgano puede tener consecuencias graves e irreversibles, desde discapacidades permanentes hasta la muerte. Atendiendo a esta cuestión tan relevante, la protección adecuada de la cabeza en entornos laborales constituye una prioridad ineludible, fundamentalmente en sectores donde existen riesgos de impacto, caída de objetos o exposición a condiciones extremas.

A pesar de la evidencia de la necesidad de protección, los datos recogidos por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social en el año 2023 indican que se registraron cerca de 200 accidentes laborales semanales con lesiones en la cabeza. Esta cifra pone de manifiesto la necesidad de implementar medidas eficaces de protección, entre las que destaca el uso de Equipos de Protección Individual (EPI) específicos para la cabeza.

En entornos industriales, los cascos de protección son elementos fundamentales para proteger la cabeza de los trabajadores contra diversos riesgos, como impactos por objetos que caen desde una altura, caídas a distinto nivel, impactos contra estructuras, colisiones con maquinaria, riesgos eléctricos, exposición a materiales químicos y líquidos corrosivos. Los cascos absorben impactos y reducen el riesgo de traumatismos craneoencefálicos, actuando como una barrera protectora para prevenir lesiones y reducir los accidentes laborales. ​

Además de prevenir lesiones graves, el uso adecuado de cascos de protección mejora la productividad, ya que las personas trabajadoras se sienten más seguras y llevan a cabo sus tareas de manera más eficiente. Asimismo, el uso correcto de los EPI contribuye a la reducción de costes médicos y días perdidos por incapacidades, beneficiando tanto al personal laboral como a las empresas. ​

Normativa Aplicable

La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece que, cuando las medidas de protección colectivas resultan insuficientes para proteger contra un riesgo, se deben utilizar equipos de protección individual (EPI). En el ámbito normativo de los EPI cabe destacar el Real Decreto 773/1997 sobre disposiciones mínimas para los EPI y el Reglamento (UE) 2016/425, que establece los requisitos esenciales que deben cumplir los EPI para garantizar su eficacia y seguridad.

También existe diversa normativa aplicable a los cascos de protección que constituye una herramienta para poder cumplir con los requisitos esenciales establecidos en el Reglamento (UE) 2016/425, ya que la Comisión Europea considera que el cumplimiento de muchas de ellas supone una presunción de conformidad con dicho Reglamento.

La correcta selección de los EPI requiere un conocimiento exhaustivo de la normativa técnica aplicable. El cumplimiento de estas normas no solo asegura la protección del usuario, sino que también garantiza la conformidad con la legislación vigente, tal y como lo establece la Comisión Europea.

Como se ha comentado, existe diversa normativa sobre cascos de protección, como se muestra a continuación:

  • EN 397. Cascos de protección para la industria.
  • EN 443. Cascos para la lucha contra el fuego en los edificios y otras estructuras.
  • EN 812. Cascos contra golpes para la industria.
  • EN 1078. Cascos para ciclistas y para usuarios de monopatines y patines de ruedas.
  • EN 12492. Cascos para montañeros.
  • EN 14052. Cascos de protección de alto rendimiento para la industria.
  • EN 16471. Cascos para lucha contra el fuego en espacios abiertos.
  • EN 16473. Cascos de bombero para rescate técnico.
  • EN 50365. Cascos eléctricamente aislantes para utilización en instalaciones de baja tensión.

Características los cascos de protección

Además de disponer de un conocimiento sobre la normativa, otro factor esencial para seleccionar el casco de protección adecuado, es conocer las características técnicas de los diferentes modelos, los materiales con los que están fabricados y las prestaciones que ofrecen.

Materiales y diseño

Los cascos deben estar fabricados con materiales resistentes y duraderos, tanto externa como internamente. Asimismo, los materiales que estén en contacto con la piel no deben provocar alergias o irritaciones, y la estructura del casco debe estar libre de bordes afilados, rugosidades o protuberancias que puedan provocar lesiones.

Cuando los cascos se utilizan en aplicaciones especiales, como altas temperaturas (como en la lucha contra incendios), los materiales deben resistir el sudor y productos de higiene personal.

Componentes principales

Los cascos de protección se componen de diferentes elementos, como:

  • Casquete: Parte exterior rígida que absorbe y dispersa la energía del impacto. Puede incorporar visera, canalones para lluvia, orificios de ventilación y soportes para accesorios.
  • Arnés: Sistema de bandas internas que distribuyen la energía del impacto de manera uniforme sobre la cabeza.
  • Banda de cabeza: Permite la sujeción estable del casco.
  • Barboquejo: Correa ajustable que evita el desplazamiento del casco.
  • Ventilación: Sistema de ventilación para favorecer el confort térmico.

Tipos de cascos de protección

Para elegir adecuadamente un casco de protección, es esencial conocer los diferentes tipos disponibles conformes con la normativa aplicable. La elección debe basarse en factores como las condiciones de la tarea y entorno de trabajo, las características de la persona usuaria, la compatibilidad con otros EPI, etc.

Por ello, existen diferentes tipos de cascos de protección como los que se muestran a continuación:

  • Cascos de protección para la industria: Protegen contra caída de objetos. Deben tener armazón y arnés.
  • Cascos contra golpes en la industria. Protegen contra golpes contra objetos fijos, pero no contra caída de objetos.
  • Cascos de protección de alto rendimiento para la industria. Protección ampliada (impactos laterales, perforaciones, lesiones craneales y cervicales), con sistema de retención.
  • Cascos para ciclistas y para usuarios de monopatines y patines de ruedas. Protegen ante accidentes, pero no garantizan evitar muerte o discapacidad.
  • Cascos para lucha contra el fuego en espacios abiertos. Protegen contra impacto, calor y llamas en incendios forestales, no en estructuras, ni protegen contra atrapamiento por fuego.
  • Cascos para la lucha contra el fuego en los edificios y otras estructuras. Protegen en incendios estructurales. Existen dos tipos: A y B.
  • Cascos para rescate técnico. Protegen contra impactos, llamas, químicos y electricidad en rescates, excepto en estructuras o agua.
  • Cascos para montañeros. Protegen ante accidentes, pero no garantizan evitar muerte o discapacidad.
  • Cascos eléctricamente aislantes para utilización en instalaciones de baja tensión. Protegen contra choques eléctricos en baja tensión (hasta 1000 V c.a. y 1500 V c.c.) si se usan con otros EPI aislantes.

Utilización y mantenimiento

Seleccionar correctamente un casco conforme con la normativa y adecuado para las condiciones de trabajo y la persona usuaria no es suficiente para que dicho EPI brinde la protección deseada. Igual de importante y esencial es la utilización y mantenimiento del casco según las condiciones que establezca el fabricante, ya que dicho EPI ha sido ensayado en unas condiciones determinadas conforme a la normativa y al riesgo contra el que se pretende proteger. Por tanto, utilizar un EPI sin tener en cuenta las instrucciones del fabricante es entrar en un territorio desconocido, no garantizando que el equipo brinde la protección deseada.

A continuación, se muestran algunos aspectos a tener en cuenta para una correcta utilización.

  • Uso correcto según las instrucciones del fabricante.
  • Formación de la persona usuaria. El personal debe recibir formación adecuada sobre el equipo de protección individual, tratando aspectos como:
    • Identificación de riesgos.
    • Selección del EPI adecuado.
    • Ajuste y uso correcto.
    • Mantenimiento y vida útil.
    • Compatibilidad con otros EPI.
  • Inspección previa al uso. Inspección visual para detectar posibles daños. En caso de detectar cualquier defecto se debe comunicar inmediatamente.
  • El EPI se debe ajustar a las características de la persona usuaria y a las condiciones de la tarea y entorno de trabajo.
  • Compatibilidad con otros EPI. En caso de que se utilicen otros EPI, el casco debe ser compatible con ellos, no alterándose mutuamente sus prestaciones de protección.
  • Accesorios. Si se incorporan accesorios, no deben comprometer las prestaciones del casco, y deben ser siempre elementos autorizados por el fabricante.

Mantenimiento

Junto con la utilización, otro aspecto esencial es el mantenimiento, ya que mantener en condiciones óptimas el EPI permitirá que brinde las prestaciones para las que ha sido diseñado. De igual manera que lo indicado con la utilización del EPI, es crucial llevar a cabo las operaciones de mantenimiento, revisión, limpieza, almacenamiento y retirada de servicio de los cascos de protección en todo momento según las instrucciones del fabricante.

Las revisiones se deben llevar a cabo según lo establecido por el fabricante, y pueden ser:

  • Antes de cada uso.
  • Después de cada uso.
  • De manera periódica, según indique el fabricante.

Tras la revisiones se puede dar la circunstancia de que el casco deba ser retirado de servicio. Estas circunstancias serán las establecidas por el fabricante. Algunos ejemplos son:

  • Si el casco ha sufrido un impacto (aunque visualmente no se aprecien daños).
  • Si se detectan deterioro, desgaste, daños en el casco.
  • Si se ha superado la fecha de caducidad del casco.

Conclusión

La protección de la cabeza en el ámbito laboral es esencial para preservar la integridad física y la vida en muchos casos de las personas trabajadoras, especialmente en entornos con riesgos de impacto, caída de objetos o exposición a condiciones extremas.

La selección adecuada de cascos de protección se debe basar en el conocimiento de la normativa vigente, en las características de la tarea, condiciones del entorno de trabajo y características de la persona usuaria. Para ello, existen diferentes tipos de cascos de protección, para adecuarse a diferentes condiciones y riesgos específicos del puesto de trabajo.

Además, la eficacia protectora de los cascos de protección, como la de cualquier EPI, no depende únicamente de su elección, sino también de su correcta utilización, mantenimiento y compatibilidad con otros EPI. La formación del personal, el seguimiento de las instrucciones del fabricante y la inspección regular son importantes para asegurar una protección adecuada.

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