Los accidentes laborales que ocasionan lesiones en los pies representan un porcentaje significativo del conjunto de lesiones ocasionadas en el entorno laboral. Según datos del Ministerio de Trabajo, en 2023 se produjeron en España más de 47.836 accidentes laborales con baja y que provocaron lesiones en los pies de diferente tipo. Esto representa 132 accidentes que provocan lesiones en los pies y baja laboral cada día.
Las causas de estos accidentes, entre otras, se encuentran la caída de objetos, manipulación de cargas pesadas, impacto con objetos, contacto con objetos punzantes, caminar por superficies resbaladizas y/o irregulares, etc.
Los pies soportan el peso de cuerpo humano, y le permiten moverse. Aunque a veces olvidados, son una parte esencial para la salud y bienestar integrales de las personas. Por ello, se destaca, con los datos expuestos, la relevancia de la frecuencia de los accidentes con baja por lesiones en el pie, con más de 100 accidentes diarios en toda España. Esta incidencia provoca consecuencias importantes para la seguridad y salud de las personas empleadas y la productividad de las empresas.
Medidas recomendadas para la prevención de lesiones en los pies
Frente a esta problemática, se deben adoptar medidas o actuaciones para prevenir los diferentes riegos de lesiones en los pies. Obviamente, es esencial que las empresas adopten medidas preventivas para minimizar los riesgos y proteger la seguridad y salud en el entorno laboral.
- Evaluación de riesgos: En primer lugar, por supuesto que es vital llevar a cabo una identificación y evaluación correcta de los riesgos, detectando las fuentes de peligro, como, por ejemplo, superficies resbaladizas, presencia de obstáculos, maquinaria, caídas de objetos, etc.
- Formación y sensibilización: Se debe formar e informar a las personas empleadas sobre los riegos, así como las diferentes medidas que se deben adoptar, tanto por la empresa, como por ellas mismas. Es esencial que perciban la importancia de proteger una parte del cuerpo humano tan esencial para la movilidad como los pies, y las consecuencias que pueden producirse si no se toman las medidas preventivas adecuadas.
- Vigilancia de la salud: Se deben llevar a cabo los correspondientes exámenes y reconocimientos médicos, adaptados al puesto de trabajo y a la persona, junto con el establecimiento de una cultura de cuidado y prácticas saludables, en la que debe estar incluida importancia de los pies, como elemento esencial el bienestar general y la movilidad.
- Medidas organizativas y de protección colectiva: Se deben llevar a cabo diferentes medidas para prevenir los accidentes que provoquen lesiones en los pies, como, por ejemplo:
- Mantenimiento de orden y limpieza en el entorno de trabajo, evitando obstáculos y caídas de objetos que pueden provocar lesiones.
- Señalización de obstáculos.
- Utilización de suelos y/o pavimentos antideslizantes.
- Vigilancia y mantenimiento del estado de suelos y/o pavimentos, llevando a cabo las reparaciones oportunas de baches o desniveles peligrosos.
- Almacenamiento correcto y ordenado de los materiales, evitando obstáculos en las zonas de paso.
- Iluminación adecuada en el entorno de trabajo.
- Utilización de escaleras con pasamanos.
- Instalación de protecciones colectivas para los pies en la maquinaria.
- Introducción de equipos, dispositivos o herramientas automatizadas para, por ejemplo, reducir la manipulación de cargas pesadas o evitar trabajar en proximidad a zonas de alto riesgo.
- Utilización de Equipos de Protección Individual (EPI): Uso correcto del calzado de protección, adecuado a los diferentes riesgos que puedan provocar lesiones en los pies. La elección del equipo adecuado, la formación en el uso y mantenimiento correctos del equipo, así como la adaptación a la persona usuaria y al riesgo son esenciales, como se detalla a continuación.
Equipos de Protección Individual (EPI): Calzado
El uso correcto y adecuado de Equipos de Protección Individual para los pies es esencial para prevenir lesiones de todo tipo. Principalmente, el calzado de seguridad, protección o trabajo (según la protección brindada, como se verá más adelante) constituye el principal tipo de EPI utilizado para proteger dicha parte del cuerpo.
Para que el EPI brinde la protección adecuada prevista por el fabricante, se recomienda seguir una serie de pasos esenciales, como los que se indican a continuación, en los que es muy conveniente contar con la participación y colaboración de las personas usuarias.
Selección
Una vez se ha identificado el riesgo, la tarea a realizar, el entorno de trabajo y la persona usuaria del EPI, la empresa debe seleccionar el EPI adecuado para dichos factores. Existe una variedad de calzado según los diferentes riesgos y características de la persona. A continuación, se muestran una serie de factores que se recomienda tener en cuenta:
- Utilizar calzado conforme con la legislación y normativa aplicable, que disponga de su declaración CE de conformidad, folleto informativo y marcado correspondientes.
- Según las prestaciones y protección frente al riesgo, el calzado puede ser considerado:
- Calzado de seguridad: Calzado que dispone de tope o puntera de seguridad (metálicos o no) con mayor resistencia a impactos y a la compresión, y es conforme con la norma EN ISO 20345.
- Calzado de protección: Calzado que dispone de tope o puntera de seguridad (metálicos o no) con menor resistencia a impactos y a la compresión que el calzado de seguridad, y es conforme con la norma EN ISO 20346.
- Calzado de trabajo: Calzado que no dispone de tope o puntera de seguridad, y es conforme con la norma EN ISO 20347. Se puede utilizar en condiciones de menor riesgo.
- El calzado debe brindar la protección deseada sin provocar un riesgo mayor.
- El calzado debe ser adecuado a la tarea y a las condiciones del entorno de trabajo.
- El cazado debe ser ergonómico, adecuado al pie y talla de la persona, como se destaca a continuación.
Ergonomía
La ergonomía del calzado es esencial para que brinde la protección deseada, ya que una persona usuaria no va a utilizar un calzado si no lo considera cómodo. Por ello, se debe seleccionar el calzado más adecuado, teniendo en cuenta las características del pie y de la persona (fisionomía, patologías, etc.), y aspectos como el peso o masa del calzado, la rigidez de la suela, permeabilidad al vapor de agua, energía de absorción del tacón, resistencia al deslizamiento, etc.
Uso
Una vez se ha seleccionado el calzado adecuado, es esencial que el EPI se utilice según las instrucciones del fabricante, garantizando así que dicho equipo puede brindar la protección deseada. Para ello, el personal usuario debe ser recibir información y formación sobre el correcto uso del calzado, en todo momento, según indique el fabricante.
Cuidado y mantenimiento
El cuidado correcto y mantenimiento es también un aspecto clave a tener en cuenta para que el calzado brinde las prestaciones y protección para las que ha sido diseñado por el fabricante.
Por ello, es crucial que el cuidado, almacenaje y mantenimiento de estos equipos se lleve a cabo siguiendo estrictamente las instrucciones al respecto que establezca el fabricante.
También es importante formar al personal usuario sobre aquellas tareas de cuidado y mantenimiento, como inspecciones visuales, por ejemplo, para ayudar a que el equipo esté en estado óptimo, haciéndolo también partícipe de estas operaciones.
Al igual que el correcto uso, un cuidado y mantenimiento correctos del calzado influirán positivamente en que su funcionamiento y en su vida útil.
Normativa aplicable para los EPI de pies
La regulación española y europea establece una serie de legislación y normativa que establece requisitos para los Equipos de Protección Individual de los pies. A continuación, se destaca la más relevante:
- Reglamento (UE) 2016/425 sobre equipos de protección individual.
- Real Decreto 773/1997, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual.
- EN ISO 20345. Equipo de protección individual. Calzado de seguridad.
- EN ISO 20346. Equipo de protección individual. Calzado de protección.
- EN ISO 20347. Equipo de protección individual. Calzado de trabajo.
- EN ISO 20349-1. Equipo de protección personal. Calzado de protección frente a riesgos en fundiciones y soldadura. Parte 1: Requisitos y métodos de ensayo para la protección contra riesgos en fundiciones.
- EN ISO 20349-2. Equipo de protección personal. Calzado de protección frente a riesgos en fundiciones y soldadura. Parte 2: Requisitos y métodos de ensayo para la protección contra riesgos en procesos de soldadura.
- EN 50321-1. Trabajos en tensión. Calzado de protección eléctrica. Parte 1: Calzado y cubrebotas aislantes.
- EN 13832-2. Calzado protector frente a productos químicos. Parte 2: Requisitos para el contacto limitado con productos químicos.
- EN 13832-3. Calzado protector frente a productos químicos. Parte 3: Requisitos para el contacto prolongado con productos químicos.
- EN ISO 17249. Calzado de seguridad resistente al corte por sierra de cadena.
- EN 15090. Calzado para bomberos.
Conclusión
El cuidado de los pies en el ámbito laboral es un factor muy importante, ya que los pies sostienen el cuerpo humano, por lo que desempeñan un papel crucial en su bienestar, movilidad y salud integral. Es por ello que se deben proteger mediante diferentes medidas preventivas, colectivas e individuales, como la utilización de Equipos de Protección Individual adaptados a la persona, al entorno y a la tarea de trabajo, conformes a la normativa aplicable, como las normas EN ISO 20345, EN ISO 20346 y EN ISO 20347. Con estas medidas no reducimos únicamente la siniestralidad laboral, sino que mejoramos la calidad de vida de las personas trabajadoras.
El fomento de una cultura de prevención activa e integrada en las empresas, teniendo en cuenta la importancia que requiere la protección de los pies, y con el compromiso de empleados y empleadores, ayuda a proteger a las personas y a reforzar la seguridad, productividad y eficiencia en las empresas.