Introducción

La radiación solar es la fuente de energía esencial para la vida en nuestro planeta, pero la exposición a esta radiación no ionizante puede provocar riesgos para la salud. En este artículo, prestaremos atención a la salud ocular. La radiación solar contiene radiación ultravioleta (UV) que, sin la protección adecuada, puede causar daños irreversibles si los ojos están expuestos de manera prolongada a esta radiación. Los daños pueden afectar estructuras como la córnea, cristalino y retina, provocando trastornos como queratitis actínica, cataratas y degeneración macular.

Existen diferentes ocupaciones que implican una mayor exposición de los ojos a la radiación solar, entre los que destacan algunos ejemplos:

  • Sector de la construcción. Las tareas propias de la construcción suelen llevarse a cabo al aire libre, lo que conlleva una exposición prolongada a la radiación solar.
  • Sector agrícola y ganadero. Al igual que en el sector de la construcción se llevan a cabo múltiples tareas al aire libre con exposición a la radiación solar.
  • Sector pesquero. La exposición a la radiación solar en el mar es mayor debido a la reflexión de la luz solar en la superficie del agua.
  • Sector del transporte. En el transporte también se produce una exposición prolongada a la radiación solar, incluso a través de las ventanillas y lunas de los vehículos.
  • Jardinería y limpieza viaria. Los trabajos de jardinería y limpieza viaria se llevan a cabo con una exposición prolongada a la radiación solar.

En este artículo se pretende dar una pincelada sobre los principales efectos nocivos de la radiación solar en la salud ocular y qué medidas preventivas al respecto se recomiendan.

Tipos de radiación solar

La radiación solar se compone de una amplia gama de longitudes de onda, siendo las más perjudiciales para los ojos la radiación ultravioleta (UV) y la radiación infrarroja (IR).

Radiación Ultravioleta (UV)

La radiación UV se clasifica en tres tipos:

  • UV-A (315-400 nm): Penetra en las capas profundas del ojo y puede contribuir al envejecimiento del cristalino y a la aparición de cataratas.
  • UV-B (280-315 nm): Tiene más energía y es más perjudicial, pudiendo afectar a la córnea y el cristalino. La exposición prolongada a este tipo de radiación puede provocar melanomas y cataratas.
  • UV-C (100-280 nm): Es la más peligrosa, aunque afortunadamente la atmósfera filtra casi toda esta radiación.

Radiación Infrarroja (IR)

La radiación infrarroja no provoca daños inmediatos, pero una exposición prolongada a fuentes intensas de calor puede provocar lesiones en la retina y el cristalino, contribuyendo a la formación de cataratas.

Trastornos oculares que puede provocar la radiación solar

Algunos de los trastornos oculares más relevantes que se pueden producir por una exposición prolongada a la radiación solar pueden ser:

  • Queratitis actínica: Se produce por una quemadura de la superficie ocular provocad por una sobreexposición a la radiación UV solar. Se manifiesta con enrojecimiento, irritación, dolor y sensibilidad a la luz.
  • Cataratas: La sucesión de lesiones en el cristalino provocados por la radiación UV puede provocar su opacidad progresiva, produciendo pérdida de visión.
  • Degeneración Macular: La exposición permanente a la luz UV y la luz azul pueden conducir a un deterioro de la mácula, que es una parte esencial de la retina responsable de la visión central.
  • Pterigion y Pinguécula: Crecimientos anormales en la superficie ocular, como consecuencia de una exposición prolongada a la radiación solar.

Medidas preventivas para la protección ocular

Frente a estos problemas que se pueden derivar de la exposición de los ojos a la radiación solar, las empresas deben tomar una serie de medidas preventivas con el objetivo de minimizar los riesgos derivados de la exposición a la radiación solar.

En primer lugar, tras la evaluación de riesgos, se deben tomar medidas preventivas de carácter colectivo, como por ejemplo:

  • Implementar estructuras y disponer un entorno de trabajo donde se favorezcan las zonas de sombra: Marquesinas, toldos, casetas, etc., que favorezcan la sombra durante el desarrollo de las tareas y/o en los descansos del personal laboral.
  • Descansos periódicos en zonas de sombra: Programar descansos del personal laboral en los que puedan disfrutar de un entorno de sombra con mucha menos exposición a la radiación solar.
  • Formación e información sobre los riegos derivados de la radiación solar: Es muy importante formar e informar al personal laboral sobre los riesgos para la salud ocular de la radicación solar, sobre todo de la radiación UV.
  • Política de protección solar todo el año: Además, es fundamental desmontar el mito de que la protección solar sólo se debe aplicar en verano. En cualquier época del año sale el sol y emite radiación que puede ser perjudicial para la salud ocular, por lo que es esencial proteger los ojos contra la radiación solar durante todo el año.

Atendiendo a los principios de prevención establecidos en la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, una vez se han agotado las medidas preventivas colectivas, se deben poner en marcha medidas de prevención individual. A continuación, se muestran algunos ejemplos de medidas de protección ocular:

  • Utilización de protectores oculares o faciales con filtros ultravioleta y/o filtros solares: Una de las medidas de protección individual esenciales consiste en la utilización de protectores oculares o faciales que dispongan de filtros de protección ultravioleta y/o solar. Los filtros deben ser conformes con las normas EN 170 y/o EN 172, respectivamente, o bien con la norma EN 16321-1, y con su correspondiente marcado CE en todos los casos.
  • Utilización de gafas de sol: Las gafas de sol son otro de los EPI principales que se pueden utilizar para la protección ocular contra la radiación solar. Es esencial elegir gafas que brinden protección contra los rayos UV-A y UV-B, etiquetadas como UV400, y conformes con la norma EN ISO 12312-1 con su correspondiente marcado CE.

En dicha norma, se establecen los requisitos que deben cumplir las gafas, entre ellos, las diferentes categorías de filtros y la protección que pueden brindar cada uno de ellos, como se destaca en la siguiente tabla:

 

  • Uso de sombreros y/o viseras: Se puede complementar la protección brindada por gafas de sol con un sombrero de ala ancha y/o viseras, que pueden producir sombra sobre la zona facial, reduciendo la exposición ocular a la radiación solar, y así contribuir a minimizar los riesgos asociados.

Otras medidas recomendadas

Además de la utilización de protectores oculares y/o faciales, se pueden llevar a cabo una serie de medidas complementarias que pueden ayudar o favorecer en la prevención de los efectos perjudiciales de la exposición a radiación solar

  • Preferencia del uso de gafas en lugar de lentes de contacto: Las lentes de contacto pueden favorecer la sequedad ocular, mientras que las gafas de sol, al no entrar en contacto directo con el globo ocular, no perjudican la hidratación del ojo.
  • Relajar el enfoque visual en los objetos de la tarea de trabajo: Se pretende reducir el estrés visual en tareas que requieren enfoque visual. Se recomienda apartar la vista del objeto enfocado cada 15-20 minutos, durante unos segundos.
  • Hidratación de los ojos: La exposición prolongada al sol puede causar sequedad ocular. La hidratación de los ojos mediante el uso de colirios hidratantes o lágrima natural puede ayudar a mantener la superficie ocular hidratada.

Conclusión

La exposición prolongada en el entorno laboral a la radiación solar puede provocar lesiones y/o daños oculares graves, como queratitis actínica, cataratas y degeneración macular. Por este motivo, es esencial que las empresas tomen medidas de prevención tanto colectivas como individuales, utilizando EPI como gafas de sol, protectores oculares o faciales con filtros ultravioleta y/o solares, entre otras medidas.

Asimismo, es fundamental concienciar y transmitir a empresas y personal que los riesgos derivados de la exposición a la radiación solar se producen durante todo el año, por lo que se deben estar tomando las medidas preventivas de manera continua. Llevando a cabo una adecuada actividad preventiva, utilizando una protección adecuada contra la radiación solar se podrán minimizar los riesgos y proteger la salud ocular de las personas trabajadoras.