Los veranos cada vez son más cálidos y duros. Esto conlleva retos para todas las personas trabajadoras, sobre todo para quienes, a pesar de las altas temperaturas, deben seguir usando Equipos de Protección Individual (EPI). Desde el uso de guantes hasta mascarillas, cascos y ropa de protección, estos equipos brindan una barrera imprescindible contra diferentes riesgos, pero, si no se elige un EPI adaptado a estas condiciones ambientales, pueden reducir la evaporación del sudor, atrapar el calor y elevar la carga física sobre el cuerpo, lo que aumenta el riesgo de estrés térmico si se está en un entorno de altas temperaturas.
Para minimizar dichas consecuencias por el calor ambiental, es esencial seleccionar EPI que estén adaptados para condiciones ambientales para brindar la protección deseada sin comprometer el confort térmico de la persona usuaria.
De manera adicional, se recomienda llevar a cabo prácticas, como alternar periodos de trabajo y descanso, que pueden variar según el tipo de EPI, nivel de esfuerzo físico, condiciones ambientales, etc. Además, se debe prestar especial atención a señales de alarma como mareos, piel húmeda, calambres.
Algunos ejemplos de estrategias podrían ser descansos y retirada del EPI y aplicar paños húmedos, utilizar chalecos refrigerantes, o permanecer en lugar ventilados y con sombra, entre otras, como las que se muestran a continuación.
Estrategias preventivas para protegerse del calor
En los entornos calurosos, no sólo es necesario utilizar EPI adecuados, sino también se recomienda seguir una estrategia para protegerse del calor. A continuación, se muestran algunos ejemplos de medidas o estrategias recomendables.
- Descansos progresivos: Alternar períodos de trabajo con descansos en zonas ventiladas, con sombra y frescas.
- Aclimatación gradual: Adaptación de las personas de nueva incorporación gradualmente a los períodos de exposición a altas temperaturas.
- Hidratación constante: Tener siempre disponible agua y/o bebidas isotónicas.
- Formación preventiva: Formación al personal para identificar los síntomas de estrés térmico por altas temperaturas, y cómo actuar en caso de que se produzcan.
- Selección de EPI adecuados: Utilización de EPI adaptados a altas temperaturas, que brinden confort térmico, pero sin perder capacidad de protección.
Adaptación de los EPI para brindar protección en ambientes cálidos
Los fabricantes de EPI están constantemente mejorando y buscando innovaciones en sus productos para que éstos se adapten a las condiciones ambientales de alta temperatura que se pueden dar en verano. A continuación, se muestran algunos ejemplos de formas de adaptación de los EPI a estas condiciones.
Protección ocular y facial
Para minimizar el estrés térmico por condiciones de alta temperatura, existen modelos de protectores oculares y faciales, con adaptaciones como:
- Sistemas de ventilación, como orificios.
- Tratamientos anti-empañamiento.
- Materiales reflectantes que reflejen la radiación solar y, por tanto, se calienten menos.
Protección auditiva
Respecto a los protectores auditivos, se pueden encontrar equipos con las siguientes adaptaciones:
- Materiales con menor capacidad de absorción térmica.
- Cavidades interiores que faciliten la ventilación.
Protección respiratoria
Los equipos de protección respiratoria también ofrecen adaptaciones para favorecer el confort térmico de las personas usuarias, como, por ejemplo:
- Mascarillas y respiradores con válvula.
- Las válvulas de exhalación favorecen la disminución de la temperatura interior de la mascarilla.
- Reducen la carga respiratoria.
Protección de la cabeza
Para la protección de la cabeza, una de las soluciones disponibles son los cascos con sistemas de ventilación y viseras anti-empañamiento.
- Dichos cascos disponen de orificios o canales de ventilación que permiten la circulación de aire.
- Algunos modelos de cascos incorporan bandas interiores absorbentes y recubrimientos reflectantes para disminuir la temperatura.
- También existen viseras con tratamiento anti-empañamiento, para evitar la acumulación de calor y humedad.
- Con estas mejoras se reduce la acumulación térmica y se mejora visibilidad durante la actividad física.
Protección de manos y brazos
Para combatir las condiciones de altas temperaturas, algunos guantes cuentan con adaptaciones como:
- Utilización de tejidos que favorezcan la transpiración, como tejido mesh.
- Áreas con microperforaciones.
Estos modelos adaptados pretenden brindar la protección deseada evitando sudoración, irritación o dermatitis, sin sacrificar el confort térmico.
Ropa de protección
La ropa de protección también ofrece diferentes adaptaciones para las condiciones de alta temperatura, como algunas de las que se muestran a continuación.
- Ropa ligera y transpirable, confeccionada con tejidos técnicos (como poliéster de alta transpirabilidad o algodón tratado) que permiten evaporar el sudor.
- Ropa de tonos claros o reflectantes para evitar la absorción del calor solar.
- Ropa con mangas largas ligeras para evitar quemaduras solares sin agobiar térmicamente.
- Chalecos refrigerantes:
- Utilizan gel o materiales que ayudan a mantener la temperatura corporal estable durante un tiempo.
- Estos chalecos se pueden activar sumergiéndose en hielo o con baterías, según el modelo.
- Ropa con tecnología de refrigeración, que brindan un enfriamiento activo y prolongado, utilizando tecnología de absorción y evaporación con materiales transpirables.
- Ropa con tejidos reflectantes y poliéster transpirable, con protección solar.
- Ropa con inserciones de malla en axilas, por ejemplo.
- Pantalones cortos ventilados.
Calzado de protección
El calzado de protección también se adapta para brindar confort térmico a las personas usuarias, como por ejemplo:
- Calzado con tejidos de mesh o microfibra, pero con refuerzos en puntera y suela.
- También pueden incorporar plantillas antibacterianas y materiales que absorben el sudor.
Con estas mejoras se favorece la ventilación, evitando sudoración excesiva, irritaciones o dermatitis, sin comprometer la protección.
Conclusión
En un contexto de veranos cada vez más extremos, el uso de Equipos de Protección Individual (EPI) en condiciones de altas temperaturas constituye un reto significativo para la salud y el rendimiento de las personas trabajadoras. Aunque los EPI son esenciales para garantizar la seguridad frente a múltiples riesgos, si no están correctamente adaptados, su uso prolongado en ambientes calurosos puede provocar estrés térmico. Por tanto, es vital seleccionar EPI específicamente diseñados y adaptados para condiciones cálidas, permitiendo la transpiración, disipación del calor y reduciendo la acumulación de humedad, sin comprometer sus prestaciones de protección.
Asimismo, la protección frente al calor no debe limitarse al diseño del EPI. La selección de los EPI adecuados debe estar incluida dentro de una estrategia preventiva integral que incluya medidas como descansos en zonas frescas, hidratación constante, aclimatación, formación, etc.
Los avances tecnológicos en el diseño de EPI, como los chalecos refrigerantes, cascos ventilados, ropa técnica transpirable y guantes microperforados, por ejemplo, demuestran que es posible combinar a la perfección seguridad y confort térmico. Por ello, utilizar EPI adaptados mejora el bienestar de las personas trabajadoras y reduce los riesgos laborales, favoreciendo la eficiencia operativa en condiciones climáticas adversas.