Como bien es conocido, en multitud de sectores, como la construcción e industria, millones de personas se exponen diariamente a niveles de ruido que pueden perjudicar su seguridad y salud.

Las consecuencias de sufrir niveles altos de ruido en nuestros oídos pueden ser graves e irreversibles, como la pérdida de audición y sufrir enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, brindar equipos de protección auditiva al personal afectado no es simplemente una cuestión de entregar tapones u orejeras adecuados a los niveles de ruido detectados en el entorno laboral.

Un estudio reciente a raíz de una campaña de inspección llevada a cabo por la Agencia de Seguridad y Salud del Reino Unido (HSE) evidenció una serie de deficiencias importantes en la gestión de la protección auditiva, demostrando que no es suficiente adquirir equipos, sino que es necesario llevar a cabo una gestión preventiva adecuada, formar a las personas usuarias, llevar a cabo un uso adecuado según el fabricante y comprobar su estado, entre otras acciones.

¿Cuáles son problemas que se suelen encontrar en la protección auditiva?

Existen diferentes factores en los que se suelen encontrar deficiencias, como por ejemplo los que se indican a continuación

Selección inadecuada del EPI

Una correcta selección de un protector auditivo, como la de cualquier EPI, se debe basar en el riesgo (nivel de ruido), las características físicas y fisiológicas de la persona que va a utilizar el equipo, el entorno de trabajo, las tareas que se van a realizar, etc. Hay que tener en cuenta las características anatómicas de la persona que lo llevará, especialmente si consideramos el uso de tapones. Las diferencias anatómicas entre los canales auditivos, incluso dentro de la misma persona, pueden hacer que el ajuste del protector auditivo sea deficiente y por los huecos existentes entre el protector y la piel de la persona penetren las ondas sonoras sin atenuar. En la actualidad existen métodos de medida del ajuste auditivo que pueden ayudar en la correcta selección y uso del protector auditivo.

Un protector auditivo mal seleccionado puede dar una falsa sensación de seguridad y no proteger adecuadamente frente a la exposición al ruido. Por ello, es imprescindible que las empresas lleven a cabo una correcta evaluación completa del riesgo para poder llevar a cabo la selección del EPI óptimo para el riesgo, la persona, el entorno y la tarea de trabajo.

Formación insuficiente

En la inspección llevada a cabo por la HSE se puso en evidencia otro problema lamentablemente extendido en la protección auditiva: la formación insuficiente del personal usuario de estos equipos.

También se puso en evidencia que una parte importante de trabajadores y trabajadoras desconocen aspectos tan esenciales como, por ejemplo:

  • La importancia de la protección auditiva.
  • La importancia de llevar puestos los protectores auditivos en todo momento mientras se está expuesto/a a niveles de ruido prejudiciales.
  • Cómo colocar y ajustar los equipos de protección auditiva.
  • Compatibilidad de los protectores auditivos con otros EPI.
  • Uso correcto de los equipos según las instrucciones del fabricante.
  • Cómo se mantienen, almacenan y desechan los equipos de protección auditiva.

Ajuste y uso incorrectos

Para que sean eficaces, los protectores auditivos deben colocarse correctamente con las manos limpias para los tapones, ajustándolos según indique el fabricante, teniendo cuidado con cabezales, cascos, cabello y demás elementos que puedan interferir con el ajuste.

Una vez ajustados correctamente, dichos dispositivos se deben utilizar según las indicaciones del fabricante.

Al recibir una formación insuficiente sobre el uso de los equipos, no colocándolos y ajustándolos de manera adecuada, el equipo se utiliza incorrectamente, genera incomodidad, retirándolo con cierta frecuencia sin atender a las indicaciones sobre cómo colocárselo y ponérselo, dejándolo en lugares inadecuados, que muchas veces no cumplen los requisitos de higiene para los protectores auditivos.

Este uso incorrecto provoca que el equipo no realiza su función adecuada de protección, e incluso que la persona se exponga a riesgos adicionales que no estaban contemplados en la evaluación de riesgos.

Riesgo por sobreprotección

Otro aspecto que también provoca problemas en la protección auditiva es la sobreprotección. No llevar a cabo una correcta evaluación de riesgos y comprobaciones sobre la capacidad del personal de detectar señales de advertencia, por ejemplo, mientras se utilizan los protectores auditivos, provoca que se den situaciones de sobreprotección. Es decir, la persona está protegida contra el riesgo de manera adecuada, pero es incapaz de percibir otros sonidos esenciales para su seguridad, como las indicaciones de compañeros, señales de advertencia, de emergencia, etc. Dicha sobreprotección constituye un riesgo adicional, ya que pone a la persona sin la capacidad de percibir advertencias o situaciones que pueden afectar a su salud y seguridad.

Mantenimiento y cuidados insuficientes

Otro aspecto es el correcto mantenimiento y cuidado de los equipos según las indicaciones del fabricante. Los equipos pueden presentar desgaste: orejeras con arneses estirados, almohadillas deterioradas o sellado incorrecto. Estos defectos reducen la eficacia real de la protección, y por ello es vital que, tanto el personal esté formado sobre cómo detectar estos defectos y qué hacer al respecto, como las empresas para llevar a cabo un mantenimiento adecuado y suministrar en todo momento protectores auditivos en estado óptimo.

De igual manera, en ocasiones los tapones auditivos se pueden reutilizar incorrectamente, pudiendo estar reutilizando tapones usados durante tiempo, sin la reposición adecuada.

Por todo ello, es tan esencial seguir las instrucciones de mantenimiento y cuidado del fabricante y formar al personal implicado.

Fomento de la cultura de prevención

Para abordar estos problemas, más allá de las herramientas y los procedimientos es recomendable implementar en la empresa una cultura de prevención proactiva fuerte, en la que cada miembro de la organización se sienta responsable de su propia seguridad y la de sus compañeros y compañeras. La educación, formación y el hacer partícipe al personal son claves para conseguir implantar esta cultura, ya que se pretende conseguir que el personal laboral comprenda la importancia de la protección auditiva y que el uso de los EPI una herramienta que forma parte de todas las acciones preventivas llevadas a cabo en la empresa para cuidar de su seguridad y salud.

Para fomentar e implantar esta cultura, se pueden llevar a cabo diversas medidas, como:

  • Implicación del personal en la selección de los EPI: Llevar a cabo la selección de los equipos óptimos para el riesgo, la persona, el entorno y las tareas de trabajo.

Involucrar e implicar al personal en el proceso de selección de los protectores auditivos, así como en el resto de las acciones preventivas. Fomentar el conocimiento de estos equipos, que el personal los conozca, se los pruebe, verifique si le resultan cómodos, los vea necesarios, útiles, contar con su opinión.

  • Formación continua: Formación al personal en protección auditiva, cómo ajustarse, ponerse y quitarse los equipos de protección, cómo se deben utilizar según las instrucciones del fabricante, la compatibilidad con otros EPI, su inspección, cuidado, mantenimiento, y qué hacer si el equipo está dañado.

Adicionalmente a la información y formación de concienciación sobre la protección auditiva, se pueden brindar actividades divulgativas, formativas, de manera participativa e interactiva con el personal, pudiendo contar con la participación de entidades públicas y privadas, como mutuas, distribuidores, fabricantes, etc.

  • Uso de los equipos de protección auditiva: Es crucial que el equipo se utilice según las instrucciones del fabricante, ya que, si no se hace así, no tenemos garantía de que dicho equipo proporcione protección, entrando en un terreno desconocido. Es por ello que la empresa tiene la obligación de informar y formar sobre el uso de estos equipos a las personas que vayan a utilizar los EPI, siempre según la información e indicaciones proporcionadas por el fabricante.

Además, puede ser útil comprobar que el personal se ajusta, utiliza correctamente los equipos y que es capaz de percibir las señales sonoras que sean necesarias para el correcto desarrollo de su actividad y su seguridad.

Otro aspecto que podría ayudar a un correcto uso sería incentivar y reconocer a aquellos empleados que utilicen correctamente y promuevan el uso de los EPI.

  • Mantenimiento: Otro aspecto esencial es el cuidado y mantenimiento de los equipos de protección auditiva, ya que un equipo con un mantenimiento y cuidado incorrecto no va a brindar la protección deseada.

Se pueden realizar actividades, talleres, adicionales, contando incluso con la colaboración de entidades, distribuidores y/o fabricantes de EPI, en los que se hagan inspecciones visuales sobre el estado de los EPI, comprobaciones sobre el funcionamiento, conocer los procedimientos de almacenamiento, limpieza y descontaminación, así como los procedimientos de retirada de servicio, reemplazo o reciclaje de los equipos.

También en estas actividades se debe recalcar al personal que si en las inspecciones y comprobaciones visuales se detectan defectos en el EPI se debe contactar con el departamento de prevención e informar del mismo, y en función de la incidencia, el personal competente procederá a la reparación o retirada inmediata del EPI, siempre según lo indicado por el fabricante.

Además, es importante transmitir que el uso, el almacenamiento, el cuidado y el mantenimiento, influyen en la vida útil del equipo, y por ello, aunque se proporcione en el equipo la fecha de caducidad, se deben tener en cuenta estos factores.

Conclusión

La protección auditiva en el ámbito laboral es mucho más que la simple entrega de los equipos de protección adecuados. Los problemas más frecuentes, como una selección inadecuada, formación insuficiente, ajuste y uso incorrectos, sobreprotección y mantenimiento deficiente lo demuestran. Por ello, es importante desarrollar una gestión preventiva integral que abarque desde una correcta evaluación del riesgo, pasando por la formación continua hasta el mantenimiento de los protectores auditivos, según indique el fabricante.

Algunos de los aspectos que pueden ayudar a mejorar la gestión preventiva serían el impulso de una cultura de seguridad en la que todas las personas comprendan la importancia de la protección auditiva y participen activamente en su gestión. Esto incluye involucrar al personal en la elección de los equipos, asegurar que los utilicen según las instrucciones del fabricante, comprobar periódicamente su estado y brindar formación sobre los riesgos, ajuste, uso, mantenimiento, etc. Mediante un enfoque integral y participativo se puede ayudar a que la protección auditiva cumpla su función de protección de la seguridad y salud del personal laboral.