Cuando se trabaja al aire libre en condiciones frías, ventosas o húmedas, seleccionar la ropa de protección adecuada no es solo una cuestión de confort, sino que es vital para la seguridad y salud. Por ejemplo, el frío extremo puede provocar problemas de salud hipotermia, congelación, trastornos graves e incluso la muerte, si la protección no es correcta. Por ello, es esencial tener unos conocimientos básicos sobre cómo seleccionar, usar y mantener la ropa de protección contra condiciones meteorológicas adversas y el frío. Es decir, la ropa de protección contra condiciones adversas y frío elegida debe estar diseñada para minimizar la pérdida de calor corporal, así como proteger del frío, viento y humedad, y debe ser la óptima para brindar la protección deseada.

Una herramienta que podemos tener en cuenta para ayudarnos en la correcta selección de la ropa de protección contra condiciones ambientales adversas y frío es el informe técnico CEN/TR 17330:2019, que brinda recomendaciones muy útiles para la selección, uso, cuidado y mantenimiento de este tipo de ropa de protección, ayudando a garantizar la eficacia de la protección y al cumplimiento con la legislación vigente

Conceptos esenciales en la protección contra condiciones meteorológicas adversas y frío

Para elegir la ropa de protección óptima, es importante conocer algunos conceptos clave:

  • Aislamiento térmico: Mide cuánta protección contra el frío ofrece una prenda. Cuanto mayor sea el valor, más abrigo brindará.
  • Resistencia al vapor de agua: Determina la transpirabilidad de la ropa. Una prenda con valor alto de resistencia al vapor de agua es impermeable, pero transpira muy poco, reteniendo la humedad y sudor en el interior de la prenda, por lo que su uso es incómodo y no se deben utilizar un tiempo prolongado.

La mayoría de la ropa de protección contra condiciones meteorológicas adversas y frío tiene valores intermedios, por lo que son un poco más transpirables y, por tanto, más cómodas.

  • Permeabilidad al aire: Indica cuánto viento puede pasar a través del tejido. Un material con baja permeabilidad al aire protege mejor contra el viento.
  • Sensación térmica: Es la temperatura percibida por la persona que puede ser mayor o menor que la temperatura ambiental real. Factores como la humedad y el viento pueden provocar que la temperatura percibida sea mayor o menor que la real. La velocidad del viento influye notablemente en la sensación térmica. Por ejemplo, un viento de aproximadamente 29 km/h en condiciones de temperatura ambiental de 0°C puede provocar una sensación térmica de -6 °C.

Aspectos generales para la selección de la ropa de protección

A continuación, se muestran algunos aspectos clave que se deben tener en cuenta para la selección de la ropa de protección contra las condiciones meteorológicas adversas y frío.

Capas de prendas

Utilizar múltiples capas puede mejorar el aislamiento y permitir ajustes según las condiciones. Se recomiendan tres capas principales de ropa:

  • Capa base: Transpirable, que mantenga la piel seca. Se podrían utilizar prendas de materiales como lana o tejidos sintéticos que absorban el sudor.
  • Capa intermedia: Proporciona aislamiento térmico, mediante el uso de forros polares, chaquetas, etc.
  • Capa externa: Debe ser resistente al viento y al agua, pero también transpirable. Por ejemplo, se pueden utilizar chaquetas impermeables, etc.

Ajuste

La ropa debe ser holgada para la circulación del aire, ayudando al aislamiento térmico. No obstante, la holgura no debe ser tan grande como para dejar que entre aire frío.

Para un correcto ajuste de la ropa a la persona usuaria, se deben tener en cuenta los siguientes factores:

  • Ajuste según las instrucciones e información del fabricante.
  • Libertad de movimientos.
  • Evitar fricciones con la piel y/o la ropa interior de la persona usuaria.
  • Facilidad de ponerse y quitarse la ropa.

Compatibilidad con otros Equipos de Protección Individual (EPI)

La ropa de protección contra condiciones meteorológicas adversas y frío se puede combinar con cascos, guantes, calzado, según se necesite en función de las condiciones y tareas a realizar en el trabajo.

Es imprescindible que la ropa de protección y cualquier otro EPI que se vayan a utilizar sean compatibles. Para ello, se deben consultar las indicaciones de los fabricantes al respecto.

Características y prestaciones de la ropa de protección

Otro aspecto esencial en la selección de la ropa son las características y prestaciones de la ropa de protección, como las que se muestran a continuación:

  • Resistencia al vapor de agua: A más resistencia mayor impermeabilidad de la prenda contra condiciones lluviosas, pero menos transpirabilidad. Es necesario elegir una prenda con un correcto equilibrio entre impermeabilidad y transpirabilidad, en función de las condiciones ambientales, de trabajo y tarea a realizar.
  • Transpirabilidad: Como se indica en el punto anterior, si la actividad derivada del trabajo provoca sudor, y no se transpira, la humedad no se evapora, provocando sensación de más frío, incomodidad y consecuencias para la salud.
  • Aislamiento térmico: Capacidad de protección contra el frío de la prenda.
  • Permeabilidad al aire: Capacidad de protección contra el viento.
  • Peso y espesor: Una prenda gruesa y pesada puede limitar el movimiento. Por ello, se debe elegir una prenda que brinde un equilibrio entre aislamiento y comodidad.

Uso y cuidado de la ropa de protección

Además de una correcta selección de la ropa de protección contra condiciones meteorológicas adversas y frío, también es fundamental un uso y cuidado correcto de la ropa para que nos brinde la protección deseada.

Uso

Respecto al uso, se recomienda:

  • Inspeccionar la prenda previamente a su utilización, en busca de signos de desgaste, costuras sueltas, rasgaduras, material deteriorado, etc.
  • Ajuste y comprobación de la comodidad de la prenda.
  • Combinar las prendas adecuadamente. No se debe utilizar únicamente ropa gruesa sin una capa transpirable debajo, pudiendo acumular el sudor.
  • Ajustar en función de las condiciones ambientales. Si se produce un cambio en las condiciones climáticas, se debe modificar la vestimenta añadiendo o quitando capas.
  • Utilizar según las instrucciones e información del fabricante. Este punto es imprescindible para que la ropa nos brinde la protección óptima deseada.

Limpieza

Una limpieza adecuada es esencial para no afectar las propiedades de protección en dicho proceso.

  • Las prendas se deben limpiar y mantener según las instrucciones e información del fabricante. En dicha información, se indican aquellos productos que se pueden utilizar y los que no en las tareas de limpieza y cuidados de la ropa de protección.
  • Algunas prendas tienen tratamientos impermeables o térmicos que podrían dañarse con el lavado inadecuado.
  • Por tanto, se debe evitar el uso de productos agresivos, como detergentes fuertes o suavizantes que puedan perjudicar las propiedades de transpirabilidad e impermeabilidad de la prenda.
  • Asimismo, el secado de la ropa se debe llevar a cabo según las instrucciones e información del fabricante. Además, no se debe exponer la ropa a fuentes de calor directo como radiadores, ya que pueden degradar los materiales.

Mantenimiento

Si la prenda la mantenemos en óptimas condiciones brindará la protección deseada contra las condiciones meteorológicas adversas y frío.

  • El mantenimiento se debe llevar a cabo según indique el fabricante.
  • Cada prenda de protección debe inspeccionarse antes y después de su uso, lavado o reparación.
  • Dichas revisiones deben ser visuales y no destructivas, pudiéndolas llevar a cabo la persona usuaria formada para ello, u otras personas o entidades, siempre según lo que establezca el fabricante.
  • En las revisiones se deben verificar condiciones de trabajo, el secado de la ropa antes de cada uso, daños físicos, deterioro, accesorios y sistemas de ajuste.
  • Si se detectan deficiencias, deben registrarse y corregirse mediante limpieza, reparación o reemplazo.

Almacenamiento

Se debe llevar a cabo según las indicaciones del fabricante. Se recomienda almacenar las prendas en lugares secos y ventilados, para evitar la humedad y la aparición de hongos y malos olores. Dichos lugares de almacenamiento también deben estar protegidos contra contaminantes y condiciones que puedan dañar las prendas.

Conclusión

En conclusión, la correcta selección, uso y mantenimiento de la ropa de protección contra condiciones meteorológicas adversas y frío es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de las personas trabajadoras expuestas a estos entornos. Existen aspectos clave en la selección de la ropa de protección adecuada, como el aislamiento térmico, la transpirabilidad, la permeabilidad al aire y la compatibilidad con otros EPI. Además, es fundamental seguir las recomendaciones de uso, limpieza y mantenimiento establecidas por el fabricante, ya que garantizan que la ropa brinde la protección deseada. Por tanto, implementar medidas preventivas como la utilización de ropa de protección contra condiciones meteorológicas adversas y frío contribuye a minimizar riesgos y mejorar las condiciones laborales en ambientes fríos o extremos.

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