Si bien los ojos y los oídos constituyen las vías principales a través de la cual recibimos información de nuestro entorno, las manos son lo que nos permite interactuar con él. Por ello, de forma bastante constante a lo largo de los años, las lesiones con baja se concentran en las manos de los trabajadores en España.
La mayoría de las lesiones se materializan en forma de abrasiones, cortes o pinchazos, motivadas por riesgos mecánicos presentes en el ámbito laboral. En las ocasiones en las que estos riesgos no pueden atajarse por otro tipo de medidas preventivas, los guantes de protección contra riesgos mecánicos ofrecen una solución eficaz contra las abrasiones, los cortes y los pinchazos.
Los guantes de protección contra riesgos mecánicos constituyen una proporción muy significativa del total de guantes de protección que se comercializan en España y de entre las dudas que se nos suelen plantear en relación con este tipo de EPI, la protección anticorte suele aparecer con cierta recurrencia.
En esta entrada del blog pretendemos dar una visión general de lo que indica la normativa acerca de esta propiedad de protección y dar alguna indicación que pueda servir para orientar la selección de este tipo de EPI.
¿Qué es la protección frente a riesgos mecánicos?
La norma que establece los requisitos de protección frente a los riesgos mecánicos es la EN 388:2016+A1:2018. Según esta normativa, un guante de protección frente a riesgos mecánicos debe ofrecer protección frente, al menos, uno de los siguientes riesgos: abrasión, corte, punción o rasgado. Para ello, debe presentar un nivel mínimo de prestación de 1 frente a los riesgos de la Tabla 1, o al menos el nivel A de resistencia al corte TDM (véase tabla 2).
Los valores de las tablas que vemos más abajo se traducen de forma que cuanto mayor es el nivel de prestación, mayor es la protección ofrecida por el guante frente al riesgo correspondiente.
Con estos niveles de prestación, el responsable de salud y seguridad en el trabajo puede hacer la selección del tipo de EPI que necesita para una tarea en concreto, en función de la evaluación de riesgos que se haya realizado. Así, cuanto mayor sea el nivel de un riesgo mecánico en concreto, mayor deberá ser el nivel de prestación requerido por el guante a fin de ofrecer protección a la persona que lo va a utilizar.
La normativa trata de establecer una especie de vínculo entre el guante de protección y las condiciones de la tarea a realizar, aunque hay distancias evidentes, dado que jamás se podrá reproducir en una norma, o en condiciones de laboratorio la variabilidad de riesgos y circunstancias que nos encontramos en el día a día.
Sin embargo, cuando hablamos de protección frente a la abrasión, corte, rasgado o perforación, en el ámbito de la EN 388:2016+A1:2018, hablamos de riesgos como los que vemos en la siguiente lista:
- Riesgos de abrasión. Manejo de objetos con superficies rugosas y abrasivas, como ladrillos, bloques de hormigón, chapas, etc.
- Riesgos de corte. Protección frente al corte cuando se manipulan superficies como chapas y filos metálicos en trabajos de construcción, forja, chapistería, etc. La EN 388:2016+A1:2018 no cubre el riesgo de corte por cuchillos o sierras de cadena.
- Riesgos de perforación. Mide la resistencia del guante a la penetración por objetos punzantes como: astillas, trozos de madera, hierros, etc.; y los ensayos que de la EN 388 no están pensados para proteger frente a pinchazos por puntas finas o agujas. Para ello, hay guantes en el mercado destinados específicamente para este uso.
- Resistencia al rasgado. Hace referencia a la resistencia del guante a rasgarse. El valor adecuado dependerá de las condiciones de la tarea.
Propiedad
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Menor protección
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Mayor protección |
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Resistencia a la abrasión
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1
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2
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3
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4
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–
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Resistencia al corte por cuchilla
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1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
Resistencia al rasgado
|
1
|
2
|
3
|
4
|
–
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Resistencia a la perforación
|
1
|
2
|
3
|
4
|
–
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Tabla 1. Requisitos de prestación definidos en la EN 388:2016+A1:2018
Propiedad
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Nivel A
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Nivel B
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Nivel C
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Nivel D
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Nivel E
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Nivel F
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Resistencia al corte (N)
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2
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5
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10
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15
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22
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30
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Tabla 2. Requisitos de prestación de resistencia al corte TDM
¿De qué me protege la protección al corte?
Como veíamos anteriormente, la protección contra el corte que nos ofrece la EN 388:2016+A1:2018 está pensada para protección frente a los cortes que se dan a la hora de manipular chapas, filos metálicos u otros bordes cortantes.
Si en una aplicación determinada se requieren un nivel de protección al corte de mayor alto nivel, como corte por cuchillos, deberíamos considerar EPI que se hayan evaluado con otras normas, como por ejemplo la EN 14328 que define la protección mínima para guantes de protección contra cuchillos metálicos.
Dos métodos de evaluar el corte complementarios
Una de las vocaciones de ASEPAL, desde sus inicios, ha sido la de brindar orientación en lo relativo a la normativa aplicable a EPI a todas aquellas personas que tengan la responsabilidad de seleccionar un EPI.
En esta línea, una de las grandes preguntas que más frecuentemente nos llegan a nuestro buzón de consultas por parte de responsables de salud y seguridad en el trabajo es qué tipo de ensayo de corte, de los contenidos en la EN 388:2016+A1:2018 proporciona mejor información acerca de la protección que ofrece el guante frente al corte.
Antes de dar respuesta a esta pregunta, conviene revisar brevemente en qué condiciones se realiza cada ensayo frente al corte contenido en la EN 388:2016+A1:2018.
El primero de los ensayos, el de resistencia al corte por cuchilla, ha estado recogido tradicionalmente en la norma EN 388. En este ensayo, una cuchilla ejerce un corte circular, bajo fuerza constante, sobre la muestra de ensayo. Con el número de ciclos de rotación que necesite la cuchilla para provocar el corte sobre la muestra, se obtiene el índice de protección del guante.
Con el desarrollo tecnológico de los materiales que se han ido aplicando a los guantes de protección contra riesgos mecánicos, el uso de fibras de alta resistencia al corte (que incluso pueden tener base mineral o de acero), la cuchilla circular que se ha utilizado en el ensayo de resistencia al corte sufría un embotamiento prematuro, haciendo difícil evaluar la prestación al corte del guante.
Ante esta circunstancia, para situaciones en las que la cuchilla se embota rápidamente, se optó por aplicar otro método (TDM) que aplicaba un movimiento lineal bajo una fuerza creciente para evaluar qué fuerza es necesaria para producir el corte del material del guante.
Como vemos, los dos métodos evalúan la resistencia del EPI a ser cortado, pero sus métodos de ensayo son tan dispares y sin correlación alguna, que ofrecen una información que resulta complementaria.
Por lo tanto, no podemos hablar de que un método ofrezca mejor información de la resistencia al corte que el otro, y a la hora de la selección deberemos prestar mucha atención a los usos que el fabricante haya previsto para el guante y que deben figurar en el folleto informativo.
La previsión de uso que haga el fabricante de su guante orientará el tipo de ensayos que éste realizará durante la fase de certificación del guante, con la finalidad de cubrir el tipo y nivel de riesgo asociado al uso previsto.
Así pues, una vez más, se pone de relevancia la importancia que tiene un folleto informativo con información completa a la hora de seleccionar un EPI.
¿Qué debo considerar a la hora de hacer la selección del guante?
La selección del EPI es casi un arte que permitirá que la persona que deberá utilizar el equipo disponga del EPI que necesita para protegerse del tipo y nivel de riesgos presentes en la tarea que debe realizar.
Como no puede ser de otra manera, todo comenzará con la preceptiva evaluación de riesgos laborales. Durante esta tarea, en la que recopilaremos todos los datos necesarios, deberemos prestar atención a una serie de datos. En el caso de tener que seleccionar un guante de protección contra riesgos mecánicos, tendremos que prestar atención a aspectos tales como:
- materiales de los objetos con los que se trabajará (papel, metal, madera, …);
- geometría de los objetos cortantes (rebabas, filos de los objetos);
- fuerza esperada del corte (simple contacto con el filo, cuchillo sometido a fuerza, etc.)
- movimiento de corte, etc.
También deberemos tener en cuenta las condiciones relacionadas con las tareas que pueden tener impacto sobre el confort que experimentará el usuario. Se tendrán en cuenta las condiciones de humedad, temperatura, desteridad necesaria, etc.
Por último, no podemos olvidarnos de la persona que llevará el EPI durante toda la jornada. Tendremos que asegurarnos de que todas las partes expuestas al riesgo estén cubiertas, seleccionando un rango de tallas y diseños que permita ajustarse a la anatomía de la persona.