Construyendo una cultura de prevención ante el cambio climático. El papel de los EPI en la salud y seguridad laboral

Tras la primavera atípica de 202 , y la calurosa primavera de 2024, queda claro que el cambio climático se está convirtiendo en nuestra nueva realidad. Los marcos regulatorios de distintos países se preparan para la protección de las personas que desarrollarán su trabajo en condiciones cada vez más calurosas, como el Real Decreto-ley 4/2023, en España para la prevención de riesgos laborales en episodios de elevadas temperaturas. El Día Mundial de la Salud y Seguridad en el Trabajo 2024 se enfoca en las repercusiones del cambio climático en este ámbito. Los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, inundaciones e incendios forestales presentan desafíos sin precedentes para la salud de los trabajadores. En este blog, analizaremos los riesgos laborales derivados del cambio climático y cómo los EPI pueden ayudar a proteger a los trabajadores en este nuevo contexto.

El cambio climático y sus efectos en la salud laboral

El cambio climático no solo impacta el medio ambiente, sino que también tiene repercusiones directas en la salud y seguridad de los trabajadores. Entre los principales riesgos laborales exacerbados por el cambio climático encontramos:

  • Estrés térmico
  • Radiación UV
  • Contaminación atmosférica
  • Accidentes industriales graves
  • Enfermedades transmitidas por vectores

Estrés térmico

El aumento de las temperaturas globales debido al cambio climático provocará olas de calor más frecuentes y graves.

Los estudios existentes apuntan a que la exposición al calor es el factor que más impacto negativo tiene en la salud y la seguridad de los trabajadores al aire libre
Los estudios existentes apuntan a que la exposición al calor es el factor que más impacto negativo tiene en la salud y la seguridad de los trabajadores al aire libre. Algunos de los efectos son:
  • Aumento de la mortalidad: El calor extremo causa, según datos del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en España de 4.800 personas han muerto en lo que va de 2022 debido al exceso de calor, frente a 1.447 en todo 2021.
  • Agravamiento de enfermedades. El calor extremo se ha relacionado con picos de muertes por enfermedades cardiovasculares. Además, el calor puede causar o agravar múltiples condiciones crónicas, como migraña, rosácea, lupus, artritis reumatoide, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, enfermedad renal crónica, hipertensión, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y más.
Los trabajadores en la agricultura, los bienes y servicios medioambientales (gestión de recursos naturales), la construcción, la recogida de residuos, las reparaciones  urgentes, el transporte, el turismo y los deportes serán los más afectados por el aumento del calor.

Radiación UV

La exposición prolongada a la radiación ultravioleta (UV) del sol, especialmente en trabajos al aire libre, con el consiguiente aumento de dolencias y enfermedades que van desde las quemaduras solares, ampollas en la piel, lesiones oculares agudas, debilitamiento del sistema inmunitario, pterigión, cataratas al cáncer de piel y degeneración macular, entre otros.

Fenómenos meteorológicos extremos

La alteración climática hará más frecuentes e intensos los desastres ecológicos y fenómenos meteorológicos. Además de tener que adaptarnos como sociedad para intentar paliar los daños materiales y las muertes derivadas por inundaciones, sequías, incendios forestales y huracanes. En cuanto a prevención, tendremos que considerar que el personal sanitario y de primera respuesta deberá actuar con mayor frecuencia ante estos fenómenos meteorológicos extremos. Además, si un evento catastrófico afecta a instalaciones o infraestructuras peligrosas, puede provocar la liberación de sustancias peligrosas, incendios y explosiones. Por ello, en determinados ámbitos, tendremos que acostumbrarnos a meter en la ecuación de la prevención y previsión riesgos como exposición a sustancias peligrosas, riesgos físicos, estrés y trauma psicológico, e impacto económico y laboral.

Contaminación atmosférica

La calidad del aire, especialmente en áreas urbanas y zonas con alta concentración de industrias, se ve afectada negativamente por el cambio climático, lo que incrementa el riesgo de enfermedades respiratorias y otros problemas de salud. La modificación de los patrones meteorológicos debida al cambio climático ha influido en los niveles de contaminantes del aire exterior, como el ozono troposférico, las partículas finas (PM2,5) y gruesas (PM10), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2). Si bien todos estamos expuestos a este agente, los trabajadores al aire libre y aquellos que están expuestos al tráfico rodado, serán los más expuestos a un riesgo en aumento y recurrente en determinadas zonas.

Enfermedades transmitidas por vectores

Las enfermedades transmitidas por vectores son enfermedades causadas por parásitos, virus y bacterias que se transmiten por vectores, como mosquitos, garrapatas y pulgas. El cambio climático se ha relacionado con un mayor riesgo para los trabajadores de contraer enfermedades transmitidas por vectores debido a sus efectos en el tamaño de las poblaciones de vectores, sus tasas de supervivencia y reproducción, junto con sus efectos más amplios en los ecosistemas naturales y los sistemas humanos. Los cambios en los patrones climáticos y la temperatura pueden afectar la propagación de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, el paludismo y la fiebre amarilla, aumentando el riesgo de contagio para los trabajadores en ciertas regiones.

 Productos agroquímicos

El aumento del uso de plaguicidas se ha identificado como un importante efecto del cambio climático en la seguridad y la salud de los trabajadores. Trabajadores en la agricultura, las plantaciones, las industrias químicas, la silvicultura, la venta de pesticidas, los espacios verdes y el control de vectores, entre otros, estarán cada vez más expuestos a este tipo de agentes.

Los EPI como herramienta fundamental de prevención

Si bien la prevención del cambio climático es un desafío global que requiere acciones a gran escala, los EPI pueden ser una herramienta fundamental para proteger a los trabajadores de sus efectos en el lugar de trabajo
Si bien la prevención del cambio climático es un desafío global que requiere acciones a gran escala, los EPI pueden ser una herramienta fundamental para proteger a los trabajadores de sus efectos en el lugar de trabajo.
La selección, uso y mantenimiento adecuados de los EPI son claves para mitigar los riesgos y garantizar la seguridad y salud de los trabajadores.

Consideraciones para la selección de EPI ante el cambio climático

Es fundamental identificar los riesgos climáticos específicos a los que se exponen los trabajadores en cada puesto de trabajo.

EPI para prevenir los efectos derivados del calor

Las medidas preventivas para prevenir los efectos derivados del calor deberán mantener activos los mecanismos de disipación de calor corporal. La protección frente al calor derivado de las condiciones ambientales difiere enormemente del calor que se deriva del trabajo en proximidades a fuentes de calor radiante o convectivo, como las prendas de protección contra el calor, como la EN ISO 11612:2008. En el caso de prendas, deberán ser tan amplias, ligeras y con valores de resistencia al vapor de agua (un parámetro objetivo que sí que puede ser medido durante la certificación de las prendas de protección y que puede facilitarnos la selección del EPI) tan bajos como sea posible, de forma que no se dificulten los mecanismos de refrigeración del organismo. Además de este tipo de prendas, bibliografía especializada, como la enciclopedia de la OIT, describen prendas con elementos que pueden absorber el calor y otras, como trajes refrigerados con aire o líquidos que permiten eliminar el calor del cuerpo y disiparlo. Desafortunadamente, no existen normas técnicas que definan requisitos de prestación mínimos para este tipo de prendas. Además, hay que tener en cuenta que este tipo de ropa podría agregar peso y volumen al cuerpo, lo que puede interferir con el trabajo. Además, algunos sistemas de refrigeración requieren conexión a un disipador térmico, lo cual puede limitar su uso en ciertos trabajos. Es importante considerar la naturaleza del trabajo y las necesidades específicas al seleccionar el tipo de ropa de protección contra el calor más adecuada.

Exposición a radiación UV solar

Las gafas de sol comunes son EPI de Categoría I, según el Reglamento (UE) 2016/425. Esto significa que deben cumplir con los mismos requisitos de seguridad que otros EPI. Cuando se cumple con dichos requisitos de este el fabricante está obligado a colocar el marcado CE.

La norma EN ISO 12312-1:2013, y su enmienda EN ISO 12312-1:2013/A1:2015, describe los requisitos de seguridad específicos para las gafas de sol de uso general.

Para la protección de la piel, la ropa con protección UV específica se considera EPI (Equipo de Protección Individual) según el Reglamento (UE) 2016/425. Protege contra un agente que puede afectar negativamente a la salud (radiación UV).  Al tratarse de un EPI, debe llevar el marcado CE. La norma EN 13758 (partes 1 y 2) recoge ensayos para la evaluación de la protección del tejido y el marcado de las prendas.

Contaminación atmosférica

Los equipos de protección respiratoria pueden proteger a los trabajadores de la contaminación atmosférica, filtrando partículas dañinas y gases antes de ser inhalados.

Enfermedades transmitidas por vectores

Ropa tratada con insecticidas, repelentes personales y mosquiteros son EPI que pueden reducir el riesgo de picaduras de insectos y la transmisión de enfermedades. En este sentido, en breve habrá una norma específica para la protección frente a picaduras de garrapatas, la EN 17487.

Productos agroquímicos

Para minimizar la exposición a productos químicos peligrosos, los trabajadores pueden utilizar EPI como trajes protectores, guantes, gafas y máscaras.

Otras consideraciones

  • Condiciones climáticas: Se debe considerar el clima local y las condiciones climáticas previstas para seleccionar los EPI adecuados.
  • Características del trabajo: Las tareas que realizan los trabajadores y las condiciones del lugar de trabajo también deben ser factores para considerar.
  • Comodidad y ergonomía: Los EPI deben ser cómodos y ergonómicos para que los trabajadores puedan usarlos durante períodos prolongados sin molestias.
  • Uso correcto y mantenimiento adecuado de los EPI:
  • Capacitación y formación: Los trabajadores deben recibir capacitación adecuada sobre el uso correcto de los EPI específicos para los riesgos climáticos presentes en su entorno laboral.
  • Inspección y mantenimiento regular: Los EPI deben inspeccionarse regularmente para garantizar su buen estado y funcionamiento, y deben reemplazarse cuando sea necesario.
  • Comunicación y sensibilización: Es importante fomentar una cultura de comunicación abierta y sensibilización sobre la importancia del uso correcto de los EPI para prevenir los riesgos climáticos.

 Conclusión

El cambio climático es una realidad que exige acciones urgentes y una respuesta proactiva por parte de las empresas y organizaciones. La construcción de una cultura de prevención sólida, que incluya la selección, uso y mantenimiento adecuados de EPI específicos para los riesgos climáticos, es fundamental para proteger la salud y seguridad de los trabajadores en un mundo en constante cambio.